Hace dos años conocí a través de una comida familiar la existencia de Sonrisas de Bombay, decidimos en casa apadrinar a un niño y así Kushi pasó a formar parte de nuestras vidas (*).
Un año más tarde leí el libro de Jaume, y mi marido y yo decidimos conocer los proyectos de esta especial ONG. Este año, en octubre, hemos estado allí. Visitamos con la encantadora Laura los balwadis (guarderías), el proyecto de la lepra y el proyecto de nutrición. Cierto es lo que dices, la miseria y pobreza de este país te dejan consternado y casi no lo puedes creer por no poder asimilar tan rápido todo lo que ves. Al volver es peor. Lo cuentas y sientes que la gente reacciona como tú antes de haber ido. Sus comentarios son del tipo “sí, debe ser horrible, los que han ido lo dicen. Sólo hay ricos o pobres … yo creo que no lo aguantaría y prefiero no ir”. Entiendo que no todos pueden ir, pero si vas ya no puedes olvidar. Hay que verlo para realmente creerlo y así sentirlo. Y luego sí que puedes hacer campaña real sobre cómo es nuestro planeta.
Pese a todo, la experiencia es maravillosa en cuanto te permite encontrar algo dentro de ti que existe y que permanecería dormido si no le permites despertar … y es la sensibilidad hacia el que te necesita y está tan lejos que no puede afectar a tu vida cotidiana.Cierto es también que lo del nombre sonrisas no es pura casualidad. La India siempre sonríe al que le tiende una mano o únicamente le dirige su mirada. Los niños agradecen tu presencia y sienten cariño hacia ti sólo por el hecho de que estés ahí. No piden nada a cambio. Sólo tú, que vienes de un país del primer mundo eres consciente de lo que no tienen, ellos, como niños que son, no. Sonrisas de Bombay lo tiene claro: ves a ver sus proyectos y AYUDA A AYUDAR. Sólo son 15 euros al mes y los mismos profesionales de Bombay harán el resto por este maravilloso y acogedor pueblo.
Texto y fotografías: Pepe e Isabel (visitaron el proyecto hace pocas semanas).
Texto y fotografías: Pepe e Isabel (visitaron el proyecto hace pocas semanas).
* En aquellas fechas, la forma de financiación de Sonrisas de Bombay era el apdrinamiento, que ya no se emplea para nuevos socios desde septiembre de 2007. Actualmente se trabaja con cuota de socio, que, a efectos prácticos es exactamente lo mismo: 15 euros al mes que contribuyen a seguir avanzando por este camino hacia la erradicación definitiva de la pobreza en Bombay.
2 comentarios:
Tengo los pelos de punta, me encanta la forma en que Pepe e Isabel nos han transmitido su experiencia, además estoy de acuerdo con ellos, creo que no se siente lo mismo hasta que no se conoce de primera mano la situación.
Como siempre digo muchísimas gracias por compartir su vivencia con nosotros, es un placer poderlas leer y disfrutar, aunque tan solo sea a través de la lectura.
Y gracias por volver a poner aventuras en el blog, la verdad es que llevaban unas cuantas semanas sin poner ninguna y las echaba de menos.
Una grandísima sonrisa,
Bea.
OTRO RELATO MUUUY BUENO!
Gracias por compartirlo!!!
Que las visitas sigan por el resto del ano y por todos los anos!!
Abrazos!!
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