miércoles, 19 de noviembre de 2008

Explotación Sexual Infantil en Bombay: verguenzas y desverguenzas en la ciudad de las sonrisas



Ayer os anunciábamos en este blog que Sonrisas de Bombay estará presente en el III Congreso Mundial de Enfrentamiento de la explotación sexual de niñas, niños y adolescentes, que se llevará a cabo entre el 25 y el 28 de noviembre, en Río de Janeiro (Brasil), y que reunirá a más de tres mil personas de los cinco continentes.
Os avanzábamos, con la noticia, que el post de hoy estaría dedicado a la situación de explotación laboral y sexual (o ambas de la mano) que millones de niños viven diariamente en las calles de la India.


En este país asiático en el que trabajamos, la Explotación Sexual Infantil está muy extendida y se manifiesta de diferentes maneras. Una de las principales es el tráfico de manores para la explotación sexual, para la que India constituye un protagonismo significativo en origen, tránsito y destino.
A lo largo de los años, ha aumentado a causa de los conflictos y la falta de alternativas para ganarse la vida, además de los grandes beneficios que obtienen los dueños de los burdeles, estimulados por la demanda de chicas jóvenes (posiblemente, por miedo a contraer el VIH/SIDA de chicas mayores con experiencia).
Los menores víctimas del tráfico que llegan a la India, especialmente a Bombay, provienen de Bangladesh y el Nepal y, a través de la India, los conducen a Pakistán y a Oriente Medio. Aunque no se conozcan cifras exactas, se calcula que entre 5.000 y 7.000 niñas del Nepal son conducidas cada año a la India para ser explotadas sexualmente.
La Organización Internacional del Trabajo (OIT) calcula que el 15% del total de los 2,3 millones de trabajadores de sexo comercial en la India son menores.
Se los explota sexualmente en burdeles, salas de masaje, clubs nocturnos, salones de belleza, hoteles, servicios de comopañía, casas provadas conocidas como "madhu charkas", así como en estaciones de tren y autobús, calles, parques públicos y, más recientemente, en circos.


Una investigación dirigida en 2003 por ECPAT Internacional y Equations, su grupo afiliado en la India, subrayaba claramente que ha aumentado el turismo sexual infantil en la India, algo que teniendo en cuenta el crecimiento de ofertas lúdicas en ciudades como Bombay, hace presagiar que en los últimos tres años se ha acrecentado todavía más.

Entre los clientes se incluyen turistas extranjeros y ciudadanos locales. Es importante destacar la demanda local de turismo sexual, ya que, según la percepción general, sólo los tristas extranjeros practican el turismo sexual infantil, ingonrándose o negando la demanda local.

Los clientes consiguen entrar en contacto con los menores de diferentes maneras: desde el acercamiento directo en la playa (en el caso de Bombay, Chowpatti y Juhu son las playas más habituales) ofreciéndoles una bebida o comida y llevándoselos a los hoteles, o mediante intermediarios, como dueños de chabolas o conductores de taxi.

Bombay, Calcuta, Kerala, Pondicheri y Goa lideran el triste ránking de la verguenza: el de las denuncias por casos de turismo sexual con menores. Un informe elaborado por el Instituto de Ciencias Sociales de New Delhi avisó recientemente de que la India se está convirtiendo en un destino para pedófilos.




El Plan de Acción indio para Combatir el Tráfico y la Explotación Sexual Comercial de Mujeres y Niños se desarrolló como consecuencia directa de una decisión de la Corte Suprema en julio de 1997 que exigía a la India que emprendiera este plan. El Comité Consultivo Central sobre Prostitución Infantil controla la aplicación general del Plan, y se han constituído diferentes comités estatales formados por abogados y oenegés u organismos como el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), y la Oficina de las Naciones Unidas contra la Droga y el Delito (ONUDD), comisiones de mujeres, oficiales de policía veteranos y directores de asistencia social.
Estos comités publican informes con asiduidad, platean cuestiones a las autoridades sobre las acciones emprendidas en los estados, difunden información y convocan reuniones cada tres meses, lo que asegura una buena coordinación eln la implantación del Plan, pero que en absoluto es una garantía de que se pueda erradicar este tipo de explotación.


La India tiene dos leyes relacionadas con la prostitución infantil: la Ley de Prevención del Tráfico Inmoral de 1956 (ITPA) y las cláusulas del Código Penal. Ambas leyes no tienen el alcance de las normas internacionales para proteger a los menores contra la prostitución, tal y como se expone en el Protocolo Opcional.
Por ejemplo, la ITPA contiene una definición ambigua de prostitución que no especifica claramente las actividades y el tipo de remuneración que están prohibidos. Además, a diferencia del derecho internacional, la ITPA define el menor como aquella persona menor de 16 años y no criminaliza todas las acciones de obtener, procurar o proporcionar un menor para la prostitución. Asimismo, la ITPA criminaliza la prostitución callejera que, aplicada a la prostitución infantil, trata al menor, víctima de la prostitución, como un delincuente.
Se han propuesto enmiendas para la ITPA que definirían al menor como aquella persona menor de 18 años y que despenalizarían la prostitución ilegal callejera, pero no se han promulgado como leyes. Del mismo modo, también hay lagunas en el Código Penal: aunque prohíbe obtener a un menor e inducirlo o forzarlo a la prostitución o al acto sexual ilegal, no define "prostitución" o "acto sexual ilegal", así que no queda claro si el alcance de la ley prohíbe cualquier acto sexual con un menor a cambio de una remuneración, como requiere el derecho internacional.
Además, el Código penal prácticamente no ofrece protección alguna a la prostitución de niños, que deberían ser protegidos igual que las niñas, dada la incidencia bastante considerable de la prostitución de niños en el país.
Bombay es la ciudad "puntera" en prostitución infantil. La mayoría de burdeles con menores se encuentra en Kamathipura, también conocido como "Red Lights District", un barrio repleto de burdeles en el que se calcula que trabajan más de 100.000 trabajadores sexuales, más de la mitad de los cuales son seropositivos.
Entidades como Sonrisas de Bombay intentamos día a día buscar alternativas a este tipo de futuro, trabajando codo a codo con comunidades locales y órganos policiales para poder detener cada vez más la proliferación de este tipo de explotaciones.
Fuentes: Ecpat Internacional, Documental The Day my God died, Maiti Nepal, Equations, ONUDD.
Importante: En este post se han publicado imágenes duras de denuncia en las que aparecen niños trabajando. Sin embargo, no hemos querido publicar imágenes de niños en burdeles de Kamathipura (Bombay), que, si bien están directamente relacionadas con el contenido de este post, no respetarían el código ético con el que nos gusta trabajar.
* Próximamente publicaremos posts acerca de la explotación laboral de niños en talleres textiles o construcciones y Prácticas Sexuales con menores relacionadas con pautas sociales y religiosas.











1 comentario:

Beatriz Díaz dijo...

Aunque desgraciada y ciertamente real, me es imposible entender como hay personas capaces de explotar sexualmente a otras personas y sobre todo a niños, ser capaces de traficar con seres humanos e infinidad de cosas espantosas y lo peor de todo es que la gente es capaz de comprar esos servicios!
Tristemente es una realidad pero afortunadamente hay entidades y ONGs como ustedes que tratan de luchar contra la existencia de esotro actos.
Gracias por compartir este impactante artículo, es asombroso lo elevadas que son las cifras!
Bea.