Hace dos días que regresé de Maharashtra (India). Vuelvo, me encuentro con mi familia, amigos, conocidos…
Salgo y camino por las calles de mi pueblo, las mismas de siempre, con sus tiendas y sus bares, observando como la gente sigue con su vida como si nada hubiera pasado.
Me siento en la terraza de un bar y pido una cerveza.
¿Por qué me siento tan extraño? ¿Por qué cuando la gente me dice: - ¡Hola Joan, ya has vuelto de la India! ¿Qué tal por allí?- les respondo con frases vacías que parecen sacadas de un folleto propagandístico de una ONG?
Realmente, ¿qué les puedo decir?
Como explico lo que se siente cuando ves a un señor sin piernas, flaco como un esqueleto y sucio de arrastrarse por el suelo, sentado en medio de una carretera de cuatro carriles cargada de coches, cuyos conductores parecen ignorar del todo su presencia.
Lo miro y me doy cuenta de que no tiene la mano tendida para pedir limosna, ni parece tener intención de acabar de cruzar la calle. Simplemente está allí, con la mirada perdida, como si también él ignorara la presencia de esos miles de automóviles que pasan a escasos centímetros de el.
¿Como explico lo que se siente, volviendo de noche al hotel, cuando ves cientos de personas durmiendo en medio de las aceras, encima de cartones o papeles de periódico…?
Tienes que ir con cuidado de no pisar a nadie. ¡Hay familias enteras! El padre en un lado, la madre en el otro, y en medio ves a dos o tres niños pequeños abrazados a ellos.
Salgo y camino por las calles de mi pueblo, las mismas de siempre, con sus tiendas y sus bares, observando como la gente sigue con su vida como si nada hubiera pasado.
Me siento en la terraza de un bar y pido una cerveza.
¿Por qué me siento tan extraño? ¿Por qué cuando la gente me dice: - ¡Hola Joan, ya has vuelto de la India! ¿Qué tal por allí?- les respondo con frases vacías que parecen sacadas de un folleto propagandístico de una ONG?
Realmente, ¿qué les puedo decir?
Como explico lo que se siente cuando ves a un señor sin piernas, flaco como un esqueleto y sucio de arrastrarse por el suelo, sentado en medio de una carretera de cuatro carriles cargada de coches, cuyos conductores parecen ignorar del todo su presencia.
Lo miro y me doy cuenta de que no tiene la mano tendida para pedir limosna, ni parece tener intención de acabar de cruzar la calle. Simplemente está allí, con la mirada perdida, como si también él ignorara la presencia de esos miles de automóviles que pasan a escasos centímetros de el.
¿Como explico lo que se siente, volviendo de noche al hotel, cuando ves cientos de personas durmiendo en medio de las aceras, encima de cartones o papeles de periódico…?
Tienes que ir con cuidado de no pisar a nadie. ¡Hay familias enteras! El padre en un lado, la madre en el otro, y en medio ves a dos o tres niños pequeños abrazados a ellos.
Algunos aun no están dormidos y oyes como cuchichean entre ellos antes de acostarse.
Algunos te observan sin inmutarse. Otros hasta te pueden soltar un “hello, sir” o preguntarte de dónde eres…Y allí estas tu, de vuelta al hotel, con tus ahorros para el viaje en el bolsillo y un poco de prisa en las piernas. Y allí están ellos, durmiendo en la calle y, lo que más sorprende es que a nadie se le pase la idea por la cabeza de robarte lo que llevas encima.
¿Como puedo explicar lo que es pasear por los “vertederos” que hay en algunas playas de Bombay, y ver a gente y a niños de todas edades, caminando descalzos por encima de la basura en busca de algo para poder reciclar a cambio de unas míseras rupias?.
Piensas: - ¡Aquí hay cristales, hierros, mierda y podredumbre! Muchos de esos niños que veo a lo lejos, no tienen ni diez años! ¡Y van descalzos! ¿Estarán vacunados?-
Y te dices a ti mismo: -¡seré imbécil, que van a estar vacunados!
Como explicar, cuando fui al barrio de las luces rojas y, a través del cristal de mi taxi, veía a las prostitutas, muchas menores de edad -o eso me pareció-, apostadas en los portales de los burdeles llenos de porquería en sus puertas, y montones de niños jugando en las aceras, los cuales deduje que debían ser sus hijos…
El hombre que me había ofrecido la ruta turística por los sitios de mas interés de Bombay, me dijo: - ¿Quiere bajar y dar una vuelta por el barrio?- Cojones, pensé. ¿Qué interés turístico puede tener este barrio? Será de interés periodístico, para denunciar las injusticias que sufren muchas de estas chicas aquí, ¿no?- Yo no soy periodista, así que le dije. –no, no hace falta, ya me he hecho una idea.-
Veinte días paseando por calles en las que ves viviendas construidas con plásticos y recortes de uralitas, en medio de las aceras.
Niños lavándose delante de sus chabolas, con cubos de agua. Su ropa tendida en una cuerdecita atada de un extremo a la valla donde se aguanta la chabola, y del otro a una farola.
Algunos te observan sin inmutarse. Otros hasta te pueden soltar un “hello, sir” o preguntarte de dónde eres…Y allí estas tu, de vuelta al hotel, con tus ahorros para el viaje en el bolsillo y un poco de prisa en las piernas. Y allí están ellos, durmiendo en la calle y, lo que más sorprende es que a nadie se le pase la idea por la cabeza de robarte lo que llevas encima.
¿Como puedo explicar lo que es pasear por los “vertederos” que hay en algunas playas de Bombay, y ver a gente y a niños de todas edades, caminando descalzos por encima de la basura en busca de algo para poder reciclar a cambio de unas míseras rupias?.
Piensas: - ¡Aquí hay cristales, hierros, mierda y podredumbre! Muchos de esos niños que veo a lo lejos, no tienen ni diez años! ¡Y van descalzos! ¿Estarán vacunados?-
Y te dices a ti mismo: -¡seré imbécil, que van a estar vacunados!
Como explicar, cuando fui al barrio de las luces rojas y, a través del cristal de mi taxi, veía a las prostitutas, muchas menores de edad -o eso me pareció-, apostadas en los portales de los burdeles llenos de porquería en sus puertas, y montones de niños jugando en las aceras, los cuales deduje que debían ser sus hijos…
El hombre que me había ofrecido la ruta turística por los sitios de mas interés de Bombay, me dijo: - ¿Quiere bajar y dar una vuelta por el barrio?- Cojones, pensé. ¿Qué interés turístico puede tener este barrio? Será de interés periodístico, para denunciar las injusticias que sufren muchas de estas chicas aquí, ¿no?- Yo no soy periodista, así que le dije. –no, no hace falta, ya me he hecho una idea.-
Veinte días paseando por calles en las que ves viviendas construidas con plásticos y recortes de uralitas, en medio de las aceras.
Niños lavándose delante de sus chabolas, con cubos de agua. Su ropa tendida en una cuerdecita atada de un extremo a la valla donde se aguanta la chabola, y del otro a una farola.
Su madre o abuela, ves como cocina en el interior con un camping gas y una olla mugrienta.
Visitas cualquier orfanato y te das cuenta de que por cada diez niños hay una niña, y preguntas por qué…- ¡Qué tontería! ¡El barrio de las luces rojas! ¿Os acordáis? ¡Una atracción turística!-
¡Dios mío!
Por último, como explicar lo que se siente cuando visitas proyectos de organizaciones como Sonrisas de Bombay, y conoces a todos esos preciosos chiquillos que tienen en sus escuelas, que sólo con verte se les enciende la mirada…
O cuando conoces a mujeres de barrios pobres que, por propia iniciativa formaron una asociación para llevar un control de salud y nutrición de los más pequeños en los barrios de slums y que gracias a Sonrisas han podido ampliar su proyecto…
O cuando visitas sus guarderías en zonas pobres, donde cuidan de los más pequeños…
Cuando entras te dicen todos a coro: - Good morning!!- En la pared hay colgado un mural con todo tipo de alimentos dibujados, sus respectivos nombres, y una pizarra. Se forma un corro de renacuajines en torno a ti y, el momento álgido es cuando sacas la cámara de fotos.
¡¡¡Que ilusión que les hace verse en la pantallita de tu cámara!!!
O el proyecto de la lepra…-¿Qué es la lepra?- Pues una enfermedad bastante desagradable que mata tus nervios, deforma tus tendones, y provoca unas deformaciones monstruosas si no se pilla a tiempo.
Gracias a toda la gente que trabaja en ese proyecto, se pueden detectar a tiempo muchos casos, aplicar un tratamiento al enfermo y conseguir su posterior reintegración en la sociedad.
Piensas. -¿Qué pasaría con todos esos niños de las escuelas y las guarderías, con todos esos enfermos de lepra y todas esas mujeres que luchan para mejorar la calidad de vida de los niños, si no existieran organizaciones como Sonrisas, que dan soporte a todo esos proyectos?
Después de ver tantas cosas que no se pueden digerir, ver la sonrisa de tan sólo uno de estos niños que ha tenido una oportunidad, no tiene precio.
¿Cómo explicar eso?
Sentado en la terraza del bar, veo un coche nuevo y como acabado de salir del túnel de lavado, que se para delante mismo de mi mesa, baja la ventanilla, y entonces me doy cuenta de que se trata de un colega mío del pueblo.
-¡¡Hola, Joan!! ¡¡Ya has vuelto!! ¿Te lo has pasado bien por allí en la India? Vaya experiencia, ¿no?-
Y yo le digo: -¡¡Es otro mundo!!-
-¿Mucha pobreza,¿no?- me pregunta-
-Si, mucha pobreza…
-Bueno, ya nos veremos y me cuentas, que ahora tengo prisa. ¡Adiós!- Arranca el coche y se va.
Yo pago mi cerveza, me levanto, y vuelvo a mi casa andando con la mirada perdida y el corazón en ese otro mundo que ha llenado mi alma.
Texto: Joan Escudero.
Fotografía I: Archivo personal de Joan Escudero.
Fotografías II y III: Sonrisas de Bombay.
11 comentarios:
Well well well......
Me has hecho caer las lágrimas... Yo todavía no he podido viajar a Bombay, sin embargo, todas esas sensaciones que cuentas, me han pasado a mí también simplemente con leer el libro de Jaume; y es inexplicable contar o compartir estas sensaciones con los demás. Y cuesta volver a "este mundo", con la cabeza y sobretodo el corazón en Bombay.
Y aquí me veo, dos meses después de leer Sonrisas de Bombay, sentada en el ordenador del curro, con mi aire acondicionado, mi café y todas las comodidades posibles, y ahora mismo con las lágrimas en los ojos. Por que? Porque yo aquí y ellos allá. Porque yo aquí viviendo "bien" (es esta la palabra?), habiendo crecido sanamente, con las necesidades primarias más que satisfechas... y otros, que por nacer en el "otro lado", la vida se les hace cuesta arriba cada segundo... Por qué??? no hago más de darle vueltas a esto desde hace tiempo, y por más que colabore con Sonrisas, por más que regale el libro a unos cuantos amigos, por más que quiera organizar miles de cosas para ayudar... No acaba esto... y cuando pienso así, releo este blog, releo los proyectos de esta ONG, releo las palabras de Jaume, y otra vez mi corazón se llena de esperanza,Sí, esa es la palabra, ESPERANZA, de que podemos ganar esta lucha contra la pobreza, el hambre, el dolor, la injusticia, sobretodo contra la injusticia....
Espero no haberos aburrido...
Un abrazo enorme!!
Que fascinante la lectura de los sentimientos que despierta una ciudad como Bombay, como veo no soy la única que se emocionó al leer la experiencia de Joan.
No soy capaz de imaginar la magnitud de lo que se puede llegar a sentir tras el regreso de un viaje como ese, pues a pesar de, cómo dice Marivi, haber leído el libro de Jaume y sentir muchos de esos sentimientos no creo que sea lo mismo que se siente al experimentarlo de primera mano, tomando pleno contacto con esa realidad.
Muchas gracias, al equipo de Sonrisas de Bombay por realizar tan maravillosa labor (no me cansare de decirlo) y por subir al blog historias tan interesantes, que a la vez nos permiten viajar virtualmente hasta Bombay a todos aquellos que deseamos ir pero que por ahora no podemos.
Un fuerte abrazo,
Bea.
¿Cómo decir algo que describa como me han hecho sentir las palabras de Joan? ¿Cómo puede ser que sin haber estado allí y debido a todo lo que he leído y leo sobre la India y sus gentes, me sienta cada vez más apaegada a este país y a proyectos como los de Jaume? ¿Y como puede ser que cada día tenga más claro que tengo que ir allí y vivirlo y verlo con mis propios ojos y sentirlo con mi corazón?
Gracias a todos por vuestros comentarios. Es enriquecedor ver que hay personas que piensan en los demás en esta sociedad que lo tiene todo y no valora casi nada.
Namaste.
Fantástico leer esta experiencia!
En mi blog he publicado una fotografía que espero que os haga ilusión. Es de los niños de Bagepalli mandando un saludo para Sonrisas de Bombay.
Un abrazo desde Bagepalli!
Edu,
www.eduard.cat
Buf!
Se me ha encogido el corazón al leer el post de Joan.
Coincido con las demás chicas, desde que leí vuestro libro no hago más que alimentarme de vuestro blog, todas las noticias relacionadas con Sonrisas de Bombay, y otras ONG, de personas que explican sus vivencias en la India, deboro libros sobre sus costumbres, etc... y ahorro dinerillo para visitaros!!!
Tengo tantas ganas de ir que no quiero ni imaginar mi reacción una vez allí...
Petons
Este coment es para Txell:
Namaste, Txell, soy una activa lectora de este blog. De momento vi que dejaste de poner tus NOBLES y lindos comentarios; pero veo que ya regresaste y me da MUCHISIMO gusto. Yo no puedo visitar Sonrisas de Bombay, pues desde America es el triple (que seria mejor donarlo poco a poco)pero siento que todas las chicas Europeas que leen este blog y que parecen muy interesadas si podran.
Tal vez haremos oraciones para que todas las interesadas(dos)puedan ir.
nic.
Hola Joan! en dos semanas más estaré en Bombay y tendré la suerte de conocer los proyectos de Sonrisas, ahora en terreno. Me han emocionado muchísimo tus palabras y a mi ya me pasa, antes de viajar, tener esa sensación de que mi mente y mi alma está en un lugar que todavía no conozco...y que todo lo que pasa acá, en nuestro mundo, a veces es tan irreal...las rebajas, la gente enojada por tonterías, lo poco agradecido que somos. Gracias por tu testimonio y espero que parte de tu alma siempre esté en ese otro mundo que tuviste la suerte de conocer. Un abrazo grande!
Paola
Así es el mundo en que vivimos Joan, para que una cuarta parte podamos seguir viviendo como lo hacemos, tres cuartas partes viven con muy poquito...
Vivimos engañados en el consumismo desaforado y ahora que se avecina una "crisis", muchos tiemblan, pero no valoramos lo que ya tenemos y pensar que otros muchos se coformarían con una pequeña parte de ello...
La pregunta es: ¿estamos dispuestos a renunciar a parte de lo que tenemos para que esto cambie?
Un fuerte abrazo para todos.
Ah¡ Jaume como hoy es tu santo aprovecho para felicitarte, que pases un feliz día.
Bueno, creo que no hace falta decir mucha cosa más; realmente reafirmar que ha sido un post muy emotivo, y que hace sumar más ganas a las que tengo de ir a visitar Mombay y sobre todo los proyectos que Sonrisas de Bombay tiene allí para reafirmar lo acertado de mi elección!!! (aunque esto ya lo comprobé cuando conocí a Jaume en persona y al hablar con las oficinas de Barcelona!!).
Aprovecho tambien para dar las gracias a todos los que envían comentarios así porque creo que nos ayudan a todos a ser más conscientes de la realidad en la que vivimos y lo que podemos hacer por mejorar, aunque sea mínimamente, las condiciones de vida de otras personas no tan afortunadas (económicamente hablando).
Saludos,
Mario.
Un texto muy bien escrito y muy emotivo. Dentro de unos días estaré en Bombay. Leyendo cosas así me creo que me preparo al menos emocionalmente para lo que voy a ver, chocante para una occidental que aún no ha viajado mucho, y pienso, ilusa, que así no me sorprenderá tanto... Y sí que me sorprenderá y la experiencia será muy buena para volver y poder difundirlo como Joan y como hacéis vosotros, porque creo que quizás no todo el mundo puede hacer lo que ha hecho Jaume, pero viajar y volver para contarlo o simplemente concienciándonos, ya estamos haciendo algo. Gracias por publicarlo, por los proyectos, por invitarnos, por todo.
Noemí.
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