Cómo empezar, si tengo tantas cosas para decir... Recuerdo el día de nuestra visita a Sonrisas de Bombay como si fuera ayer mismo. Era lunes, 11 de agosto, y esa mañana nos levantamos con un cielo de color gris que se desprendía de millones de gotas de agua que más tarde morirían en el olioso asfalto. Dicho y hecho, el monzón ya había llegado a Bombay.
Hay que decir que aunque ese dia (el segundo en tierra india) no parecía empezar muy bien, debido a la logística del transporte y la compañía de de la lluvia, no sé porque tenía la sensación de que el día prometía ser especial y también reluciente, aún teniendo presente que el sol estaba escondido.
Al entrar a las oficinas en seguida conocimos a un grupo de gente catalana (¡estamos en todas partes!) muy, muy, maja. El destino caprichoso había querido que nos encontráramos todos en la India y que esa primera toma de contacto fuera mágica para empezar un día excepcional.
Momentos después, Ana y Jaume aparecían por la puerta y nos daban la bienvenida.
No recuerdo muy bien cuanto rato estuvimos reunidos con Jaume, haciéndole muchas preguntas que él amablemente nos respondía siempre con una gran sonrisa. Luego nos despedimos de Jaume y Ana nos acompañó a ver unos de los proyectos: los balwadis.
No tengo palabras para explicar todo el esfuerzo que Jaume y su equipo hacen día tras día para mantener vivas las sonrisas de todos esos niños y niñas. Creo que el amor, el valor y el capital humano que hay detrás de cada idea y proyecto es el secreto de Sonrisas de Bombay.
Viajar a la India nunca había sido mi deseo; es más, cuando alguien me la mencionaba, en seguida pensaba: “hay qué tener ganas para pasar unas vacaciones en la India para ver dolor y pobreza”. Pero por cosas del destino sabia que debía ir y así lo hice. Sólo nos compramos el billete de avión y no nos habíamos dado ni cuenta que ya estábamos en la India mochila en mano.
A parte de los lugares tan magníficos que he visitado, como el Golden Temple en Amritsar, el Taj Mahal y el cambio de guardia India-Pakistán, entre otros, y la gente que he tenido el placer de conocer, como el equipo de Sonrisas de Bombay, tengo en mi mente una imagen que día tras día intento mantener viva: es la imagen de una niña que vivía encima de uno de los ghats, de Varanasi, la ciudad santa por excelencia del hinduísmo.
Acudiendo a ver los rezos y crematorios, nos sorprendió la lluvia. Así que como no podíamos volver a nuestra pensión, tuvimos que pasar unas cuantas horas en uno de los ghats que abrazan el Ganga. Allí mismo, pasé una de las mejores tardes de mi vida disfrutando de la compañía de aquella niña que no tendría más de 7 años. Una niña que se preocupaba por mí. No quería que me mojara, así que me resguardó de la lluvia con su paraguas roto.
Cuando recuerdo esto me enfado conmigo misma: ella me enseñó muchas cosas esa tarde y estaba realmente preocupada por que yo estuviera bien. En cambio, yo, una persona adulta, soy incapaz de recordar lo más fácil: cómo se llamaba.
Pero sueño con el día en que vuelva a viajar a la India, porque sé que volveré. Y ese día, cuando la encuentre, le preguntaré su nombre.
Muchas gracias Jaume por regalarme un día tan especial. No siempre tenemos la suerte de disfrutar de días así, rodeada de tanta felicidad y amor. No os olvidaré nunca y os llevaré siempre en el corazón. No cambies nunca.
Hay que decir que aunque ese dia (el segundo en tierra india) no parecía empezar muy bien, debido a la logística del transporte y la compañía de de la lluvia, no sé porque tenía la sensación de que el día prometía ser especial y también reluciente, aún teniendo presente que el sol estaba escondido.
Al entrar a las oficinas en seguida conocimos a un grupo de gente catalana (¡estamos en todas partes!) muy, muy, maja. El destino caprichoso había querido que nos encontráramos todos en la India y que esa primera toma de contacto fuera mágica para empezar un día excepcional.
Momentos después, Ana y Jaume aparecían por la puerta y nos daban la bienvenida.
No recuerdo muy bien cuanto rato estuvimos reunidos con Jaume, haciéndole muchas preguntas que él amablemente nos respondía siempre con una gran sonrisa. Luego nos despedimos de Jaume y Ana nos acompañó a ver unos de los proyectos: los balwadis.
No tengo palabras para explicar todo el esfuerzo que Jaume y su equipo hacen día tras día para mantener vivas las sonrisas de todos esos niños y niñas. Creo que el amor, el valor y el capital humano que hay detrás de cada idea y proyecto es el secreto de Sonrisas de Bombay.
Viajar a la India nunca había sido mi deseo; es más, cuando alguien me la mencionaba, en seguida pensaba: “hay qué tener ganas para pasar unas vacaciones en la India para ver dolor y pobreza”. Pero por cosas del destino sabia que debía ir y así lo hice. Sólo nos compramos el billete de avión y no nos habíamos dado ni cuenta que ya estábamos en la India mochila en mano.
A parte de los lugares tan magníficos que he visitado, como el Golden Temple en Amritsar, el Taj Mahal y el cambio de guardia India-Pakistán, entre otros, y la gente que he tenido el placer de conocer, como el equipo de Sonrisas de Bombay, tengo en mi mente una imagen que día tras día intento mantener viva: es la imagen de una niña que vivía encima de uno de los ghats, de Varanasi, la ciudad santa por excelencia del hinduísmo.
Acudiendo a ver los rezos y crematorios, nos sorprendió la lluvia. Así que como no podíamos volver a nuestra pensión, tuvimos que pasar unas cuantas horas en uno de los ghats que abrazan el Ganga. Allí mismo, pasé una de las mejores tardes de mi vida disfrutando de la compañía de aquella niña que no tendría más de 7 años. Una niña que se preocupaba por mí. No quería que me mojara, así que me resguardó de la lluvia con su paraguas roto.
Cuando recuerdo esto me enfado conmigo misma: ella me enseñó muchas cosas esa tarde y estaba realmente preocupada por que yo estuviera bien. En cambio, yo, una persona adulta, soy incapaz de recordar lo más fácil: cómo se llamaba.
Pero sueño con el día en que vuelva a viajar a la India, porque sé que volveré. Y ese día, cuando la encuentre, le preguntaré su nombre.
Muchas gracias Jaume por regalarme un día tan especial. No siempre tenemos la suerte de disfrutar de días así, rodeada de tanta felicidad y amor. No os olvidaré nunca y os llevaré siempre en el corazón. No cambies nunca.
Texto y Fotografías: Patrícia Vilaró. Visitó el proyecto en Agosto de 2008.
7 comentarios:
Patricia se nota que tu experiencia en la India esta llena de muchísimos sentimientos y, eso, lo trasmites en tu relato, se me puso la piel de gallina al leerlo.
Cada relato es distinto y maravilloso, es un placer poderlos leer y, por eso, siempre digo: muchas gracias por compartirlo con nosotros.
Una gran sonrisa,
Bea.
..los que os leemos desde aqui,el 1º"mundo", ..donde todo deberia ser mas facil ,y donde los anhelos deberian estar satisfechos ,me pregunto porque no conseguimos ser felices..e ilusionarnos por pequeños grandes gestos ..como los que tu relatas..
quizas sera que solo somos capaces de verlo y experimentarlo en lugares como la India, y ..
porque no lo podemos sentir aqui en occidente....?
Una vez oi una entrevista a Teresa de Calcuta en la que decía que a los pobres de Calcuta "solo" les faltaban cubrir sus necesidades basicas ..sin embargo en Europa la pobreza era mucho mayor y mas dificil de suplir,porque es una pobreza de amor..
Oyendote dan ganas de salir corriendo a mejorar el mundo...
auqnue ...por cual empezar.. ?
besos ...
Noe, tu comentario esta lindo como siempre!!!INTERESANTE,GRACIAS!!!
Y como dijiste en tu comentario, de Septiembre 10, "puede ser en Pekin o en tu barrio".
Y tambien, si es que entiendo, en este comentario tuyo quieres decir por cual pobreza empezar (la pobreza material o la pobreza del amor, y en cualquier mundo 1ro o 3ro), correcto?
Entonces, yo pienso que unos por una y otros por otra -es decir con las 2 al mismo tiempo-, y como tambien dijiste en tu comentario de Agosto 28,
"Quizas si tu cambias LOGRAS QUE AUTOMATICAMENTE UN MILLON DE HILOS INVISIBLES SE MUEVAN en concordancia a lo que tu corazon y alma anhela".
Que lindos tus coments!!!
-----
A mi tambien me gusta mucho el relato de Patricia!!
besos...!!!!!!!
Lector(a)!!!!
Muchas gracias Nic !
Hace un tiempo que estoy intentando diariamente ,hacer un ejercicio de reflexion ,sobre que y como puedo hacer como individu@,para cambiar el mundo ..
y ahora se que primero debo cambiarme a mi mismo ,mis actitudes con mis vecinos ,mis amigos ,mi familia,y empezar por la compasion ..
pero a veces es mas facil sentir compasion por el que esta lejos ,por el niño ,el anciano,por los mas desprotegidos..y quizas no me doy cuenta que a mi lado tambien tengo gente muy desprotegida, sola y necesitada ..
DE AMOR ..
es algo nuevo para mi,donde cada dia tengo la oportunidad de ser mejor ,mas asertivo y positivo con mi vecino y con el mundo que me rodea
quizas suena demasiado omnipotente ,pero no me conformo con menos..
y pense que ese pensamiento era solo eso ,,una idea de la mente ,y en realidad es un anhelo de corazon..
Tambien en estas reflexiones descubro los innumerables "no puedo" con los que debo luchar ..
supongo que todo es empezar ,
pero te imaginas por un momento si TODOS los de aqui(el 1ºmundo)nos pusieramos de acuerdo(como en las manifestaciones que se hicieron en toda España encontra de la guerra de Irak)y dijeramos
BASTA..!!!!!
solo con pequeños grandes gestos ...
No se,dicen que la union hace la fuerza..
muchos abrazos !!
Noe, tu reflexion suena SUPER INTERESANTE;como que estas empezando por donde dicen algunos libros que se debe empezar, visitando tu (nuestro)propio interior;
Yo no he pensado profundamente en eso; pero si he escuchado en varios sermones que no hay AMOR (pobreza de AMOR); Y tal vez es algo que tu interior te dice que hagas. MUY INTERESANTE TEMA y del que se habla suficiente (especialmente en lo humanitario y lo religioso).
Y DEFINITIVAMENTE SI SE DICE QUE LA UNION HACE LA FUERZA, Y EN EFECTO YO CREO QUE ESO ES MUY CIERTO, YO CREO QUE TODOS LO COMPROBAMOS MUY SEGUIDO!!!!
Yo creo que aqui tambien aplica "lo que muchos granitos de arena pueden lograr".
GRACIAS NOE,
Abrazos!!! Lector(a)!!!!
Gracias por vuestras palabras…., palabras que detrás esconden a personas como vosotros/@s, con un corazón igual de grande como mi querida India.
En mi mente, salvo la imagen de la India al igual que mi pequeña Barcelona, 2 lugares diferentes pero iguales en una cosa: en ambos lugares existen rincones oscuros donde reina la pobreza más absoluta: la falta de amor. Pero estoy segura que algún día, entre sonrisa y sonrisa, las cosas cambiarán porque existirán más personas con un corazón mejor.
Mil gracias a todos Noe, Beatriz, Nic y al resto también!!!!
Publicar un comentario