Esta fotografía, en la que Kamath aparece en el centro, corresponde a unos días antes de su marcha hacia otro lugar mejor, cuando estaba comprando junto con SONRISAS DE BOMBAY un automóvil para facilitar el transporte de médicos en las aldeas de Bhiwandi.
Aquel día, como tantos otros, Vinayak Kamath hizo gala de su energía, su vitalidad, su positivismo y su habitual buen humor.
Siempre recordaremos su lealtad a una causa y su firme compromiso con los leprosos de Bombay, a los que dedicó tantos esfuerzos.
Desde SONRISAS DE BOMBAY seguiremos haciendo lo único que nos es permitido a los humanos con aquellos que ya no están: llevarlo para siempre en nuestras mentes y nuestros corazones.
¡Hasta siempre, querido Mr. Kamath!
1 comentario:
Esta persona valía por 100. Que en paz descanse.
Mi conciencia no me permite viajar a la India de turista, ojalá la gente comprendiera lo que está pasando en este podrido mundo y tomara el ejemplo de Jaume y todo su equipo. Animo y mucha suerte en vuestro empeño.
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